Los fondos

 

El AHPB dispone de un fondo documental extraordinario, comparable al que se considera el primer archivo notarial del mundo, el de Génova, que destaca por la antigüedad de sus registros dada la temprana implantación de la institución notarial. Podemos encontrar los tipos de fondos siguientes: :

Protocolos de Barcelona y Badalona. Son los fondos fundamentales, resultado de la actividad del notario como fedatario en la esfera contractual privada. Los volúmenes centenarios de los distritos de Barcelona y Badalona son unos 40.000, mientras que los del Archivo General (suma del Histórico y el Intermedio o de más de veinticinco años) suman un total de 80.000 y ocupan unos 10.000 metros lineales de estantería. Sin embargo, por encima de su elevado número, cabe destacar la riqueza y la antigüedad de este fondo. El registro notarial completo más antiguo es del final del mismo siglo XIII (1299). Y, a partir de mediados del siglo XIV, el Archivo cuenta con unas notables y continuadas series documentales, con 5.305 registros pertenecientes a notarios anteriores al 1500.

Escribanías Varias. Además de los fondos generales de protocolos, el Archivo cuenta con registros de algunas escribanías especiales, resultado de la actividad específica del notario. Destacamos: por un lado, la Escribanía de Marina (siglos XVIII-XIX), integrada por 120 volúmenes y recientemente restaurada en su totalidad, y por otro, las escribanías de Rentas y Arbitrios, Amortización y Venta de Bienes Nacionales, Hacienda y Real Intendencia (siglo XIX), con un total de 170 volúmenes.

Notarías Foráneas. Es un pequeño fondo integrado por casi 150 unidades de instalación correspondientes a manuales de ochenta poblaciones de Cataluña, llegados a este Archivo en circunstancias diversas. El de Sant Pere d’Osor, de 1283-1292, es el más antiguo que se conserva y se convierte también en el más antiguo del Archivo.

Pergaminos. Suman un total de más de 1.600 unidades, hasta ahora ordenadas en dos series, actualmente en vías de catalogación y unificación. Datan de los siglos XII al XVIII, y su procedencia, aunque diversa, cuenta con dos productores principales: los marqueses de Aguilar y el mismo notariado barcelonés.