La arquitecta certificó que la edificación se completó en abril de 2017 y no ha habido modificaciones. Sin embargo, la registradora de la Propiedad señaló dos defectos: la arquitecta no certificó que la construcción fue conforme a la licencia, y no se presentó la licencia de primera ocupación ni un certificado de tasación. Los recurrentes desean declarar la finalización de la obra por antigüedad y no buscan una tasación para fines hipotecarios.